Durante esta pandemia pensamos que el fablab tenía que aportar la posibilidad de hacer que tiene y gracias al apoyo de nuestros director, Curro Montero, nos pusimos en marcha con la misma dinámica que muchos espacios como el nuestro en toda España.
Ante la imposibilidad de poder homologar elementos de protección que eran altisimamente demandados por nuestros sanitarios y por todos aquellos que estaban y están en primera línea de esta terrible pandemia, apostamos por centrar nuestro esfuerzo en la elaboración de miles de elementos protectores faciales que diseñamos apoyándonos en la experiencia y los buenos consejos de personal sanitario.
Para ello contamos con la colaboración de personas y empresas que se unieron a aportar esfuerzo y recursos y la universidad no se quedó atrás, con apoyo de muchísimas facultades y escuelas
Para nosotros ha sido una responsabilidad enorme gestionar el capital humano y los recursos puestos a nuestra disposición, pero también tener todo dispuesto para que cada día viniesen voluntarios a montar nuestro modelo de visera, un modelo que entendíamos tenía que ser liviano y útil.
Por ello, al ver que nuestra capacidad de fabricación se mermaba tuvimos el empuje de uno de nuestros profesores, José Antonio Alba, que propuso, para no saturar la cortadora láser, montar un equipo de corte por hilo caliente CNC.
En plena pandemia eso era de locos y, bueno, es parte del ADN de un fablab que nos tomen por locos, como decían aquellos constructores de la Catedral de Sevilla. Basándonos en los modelos comerciales existentes, empezamos a buscar por todos los rincones del fablab y escoger elementos que, en principio, parecían abocados al fracaso.
Nuestro profesor siguió cacharreando, como nos gusta decir, y con materiales reciclados como tableros de madera mdf, tubos de PVC de 20 mm que usamos en un domo geodésico, tubos de cobre de 15 mm de una antigua instalación de aire comprimido, tornilleria M3 de nuestras impresoras 3D, una fuente de alimentación también de una 3D y el diseño meticuloso de piezas impresas en nuestras minifab, iba avanzando el proyecto y tomando forma.
Todas las piezas se iban adaptando a lo que teníamos por el taller y como corazón de nuestra máquina pusimos un simple arduino UNO más software IDE Arduino + Universal-G-Code-Sender.
Han sido dos semanas de ver crecer nuestro aparato con adaptaciones de correas alargadas con simples cuerdas, con motores que al funcionar ya nos producía una enorme satisfacción.
No sabíamos siquiera si nos iba a servir para ayudarnos en la producción. Pero sí, sirve y más que dignamente, la primera cortadora de hilo caliente que tenemos en nuestro fablab y que, además, es hecha por nosotros funciona y da mejores resultados que la cortadora láser para el corte de espuma, tanto en calidad como en tiempo.
Enlace al vídeo de la prueba definitiva: https://youtu.be/KpqFL9dWGh8
Es otro de esos pequeños milagros que nos da la tecnología aplicada gracias al talento de uno de los nuestros, y que, además, sirve para nuestros propósitos.