Nuestros decathletas están echando el resto en la más dura competición de vivienda sostenible del mundo. Una competición que implica armar un equipo, como ha hecho la Universidad de Sevilla, diseñar un proyecto, seducir a patrocinadores y a instituciones para que se unan al mismo y llevarlo a cabo en dos fases fundamentales, en casa y en Budapest.
Con la representación de Sevilla como eje de todo el empuje que el Proyecto Aura está dando para llevar el talento y el trabajo de nuestros estudiantes, las ganas de nuestros patrocinadores y la fuerza de la Universidad de Sevilla, se presentan en Hungría para plantar literalmente la vivienda que competirá con otras magníficas iniciativas surgidas en otros países.
Desde el más mínimo detalle, los profesores y estudiantes de la Universidad de Sevilla han apostado por que sean cuidadosamente seleccionados. Y no es para menos, cualquiera de esos detalles hace que la competición se decante hacía uno de los proyectos.
Tan dura ha sido la competición que no todos han podido llegar a la fase final. Es muy difícil conseguir el nivel y las ganas de ser competitivos. En Sevilla lo sabemos bien porque ya son varias las ocasiones en las que hemos participado.
Queda muy poco para que la competición comience, y nuestros chicos y chicas no dejan de apretar para que cuando suceda, en la inauguración que dé el pistoletazo de salida, la Universidad de Sevilla luzca con orgullo el trabajo de sus estudiantes y profesores, llevando, de nuevo, la arquitectura sevillana a otro rincón del mundo.
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