La impresión 3D es una tecnología relativamente reciente pero que está evolucionando de manera exponencial. Nuestro fablab apostó desde su creación por ella con un equipo Alaris 30, de resina ultravioleta.
Este equipo quedó desfasado, debido a su elevado gasto en fungibles, cuando aparecieron equipos, de muchísimo menos coste y resultados más pobres, pero que habrían la puerta a las máquinas de impresión 3D de bajo coste y tecnología de deposición FFF (Fused Filament Fabrication).
INSTRUCCIONES DE USO DE IMPRESIÓN 3D
Nuestra primera máquina, una de las primeras de España, la Makerboot CupCake, vino desmontada, lo que hacía aún más atractivo para nuestros estudiantes el montaje y puesta en funcionamiento. Fue la primera de muchas impresoras 3D que sin ser de una calidad extraordinaria, sí ofrecían, cada vez más, posibilidades de implantación y conocimiento para nuestra comunidad universitaria.
Así, apareció la MiniFAb, un equipo desarrollado en el fablab por Miguel Ángel López que se convirtió en una filosofía de uso para nosotros, pues desarrollamos un modelo de aprendizaje en el que los participantes construían su impresora 3D, mecánica, electrónica y programación y se llevaban la impresora tras una primera prueba de impresión.
El resultado popularizó nuestras impresoras repartiéndose por centros de enseñanza de Sevilla y provincia.
También empezamos a probar tecnología que se basa en la fotopolimerización de una resina sensible a los rayos UV, conocidas popularmente como impresoras 3D de resina. Estas impresoras dan una calidad mayor pero a mayor coste y con una producción más compleja por suciedad y fungibles.
Nuestro empeño es siempre probar los equipos para poder aconsejar con su uso la adquisición de los mismos.
Materiales
Filamento PLA
Filamento ABS
Filamentos compuestos
Resina UV de fotopolímero
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La impresión 3D tiene una larga tradición en la Escuela de Arquitectura. Nuestros estudiantes y compañeros contaban maravillas de otras escuelas y centros tecnológicos y nuestra escuela apostó por un modelo importante como la ALARIS 30. Un equipo que ofrecía fantásticas prestaciones.
Pero el fablab siempre está buscando dónde hay innovaciones y dónde están produciéndose esas novedades que pueden influir positivamente en nuestro día a día. Y surgió la RepRap, surgió una impresora magnífica que nos trajo José Pérez de Lama, creando una gran espectación entre nuestros estudiantes. Era una impresora 3D que teníamos que montarnos nosotros mismos. El concepto cambió para siempre nuestra relación con la impresión 3D. De ahí en adelante, nuestros equipos eran de automontaje o de bajo coste, universalizando el acceso a la impresión 3D y creando posibilidades para que estudiantes y profesores pudiesen tener su propia 3D.
Fueron llegando Replicators, Ultimakers, empezamos a replicar Prusas, siendo un estudiante de nuestra escuela, el ahora arquitecto Diego Díaz Patillas, el primer estudiante de la Escuela en hacerse una impresora. Y el fablab siguió trabajando en la línea de las impresoras de bajo coste y basadas en el modelo REP RAP. Un colaborador de nuestro fablab, Miguel Ángel López, decidió realizar un modelo desde cero basada en PRUSA, la Minifab, que nos permitió crear un modelo que se convirtió en una plataforma de aprendizaje y nos permitió realizar workshops para crear impresoras 3d en institutos, el propio fablab y centros universitarios, extendiendo la red minifab a más de 60 máquinas.
Obviamente, nos tocaba seguir conociendo nuevas plataformas, nuevos equipos que pudiesen cubrir nuestras necesidades. Aunque es un orgullo reconocer que cada vez más estudiantes han incorporado impresoras 3D y nos sorprenden con maravillas impresas en casa o, incluso, han montado negocios en torno a esa espacialización.